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1.3. Optimización de la prestación de servicios en el nivel local
Descripción general
El riesgo de mortalidad que presenta la COVID-19 puede crecer sustancialmente si un sistema de salud se ve abrumado por casos críticos. La identificación de medios creativos para expandir la capacidad hospitalaria será urgente a medida que aumente el número de casos. Se deben tomar medidas urgentes para minimizar el riesgo de transmisión dentro de los entornos de salud (transmisión nosocomial).
De igual manera, en las instituciones de salud del nivel local se debe garantizar la toma de muestras para el diagnóstico de casos, el aislamiento hospitalario de las personas sintomáticas y el manejo de los mismos si sus condiciones clínicas son de baja o mediana complejidad. Sin embargo, para los pacientes críticos se deben establecer protocolos con rutas claras de referencia y contra referencia que permitan el traslado oportuno a instituciones de mayor complejidad.
Además, las consultas por telemedicina como un componente de servicios de salud para el tratamiento y rehabilitación de las personas con la enfermedad, mediante la utilización de tecnologías de la información. Por otro lado, la atención domiciliaria por parte de profesionales y auxiliares de la salud certificados, deben considerarse como una opción para clasificar los casos y administrar la atención del paciente.
Por otro lado, debido a que el virus de la COVID-19 se transmite entre personas a través del contacto estrecho y de gotículas respiratorias, el personal de salud de primera línea debe adoptar precauciones adicionales para protegerse y evitar la transmisión durante la atención sanitaria, mediante la utilización adecuada de los elementos de protección personal (EPP) —mascarillas médicas, mascarillas autofiltrantes, guantes, batas, gorros, polainas, protección ocular, entre otros— como la medida de control más viable para evitar el contagio y la propagación de las infecciones (8).
A lo anterior se suma el impacto psicológico que genera esta crisis en el personal sanitario. Debido a la alta transmisibilidad del virus responsable de la COVID-19 y al número cada vez mayor de casos confirmados y muertes en Colombia, las emociones y los pensamientos negativos se extienden, amenazando la salud mental de la población, especialmente de los trabajadores de la salud. Según la experiencia de epidemias y pandemias pasadas, se conoce que los pacientes y el personal de salud pueden padecer situaciones de miedo a la muerte y presentar sentimientos de soledad, tristeza e irritabilidad (9). Por tal motivo, el ente local debe establecer medidas para atender, mejorar y proteger la salud mental del personal de salud.